El panel, integrado por Florencia Paula Levín (UBA), Luciano Alonso (UNL) y Gabriela Águila (UNR), valoró los contenidos del tomo, celebró la consolidación de la historia reciente como un campo y prolongó una discusión que atraviesa tanto el volumen como las mesas de las mencionadas jorandas, intercambiando puntos de vista acerca de las distintas concepciones y prácticas de "historia reciente" que conviven en nuestro medio.
Este es el texto de la presentación de Florencia Paula Levín.
Antes de repasar brevemente los trabajos y el entramado de temas y problemas que emergen de la lectura de este dossier, quiero destacar la importancia que reviste para nuestro campo disciplinar el hecho mismo de que una revista con el nivel, la calidad y la seriedad de Prohistoria le dedique a la historia reciente un espacio tan destacado.
Este solo hecho habla tanto de la voluntad de la revista de incorporar la historia reciente como campo dentro de sus preocupaciones sumándose de este modo a la creciente legitimidad que el mismo está conquistando, como así también de un cierto nivel de maduración del campo mismo, cuyas producciones están en condiciones de concentrar espacios y recursos. Ciertamente, las investigaciones centradas en los estudios sobre el pasado cercano están multiplicándose y también creciendo en sistematicidad y profesionalización y el mejor ejemplo de esto lo tenemos en la cantidad de trabajos que con motivos de estas IV Jornadas de Trabajo sobre Historia Reciente se están presentando acá en Rosario.
Particularmente, los trabajos reunidos en este trabajo se concentran en diversos aspectos relacionados con los estudios del pasado reciente propiamente dicho, como así también con las narrativas o memorias de ese pasado que hoy en día se disputan espacios de legitimidad en la esfera pública.
Voy a hacer a continuación un sucinto recorrido por el contenido de cada uno de los ocho trabajos que integran el dossier para luego, finalmente, hacer un muy breve balance.
El primer artículo del dossier, sobre el cual es poco lo que puedo opinar por obvios motivos (es de mi autoría) es de carácter netamente conceptual y se concentra en reconstruir diversos significados y contextos de utilización de la noción de responsabilidad para pensar las implicancias de su utilización en el campo de la historiografía sobre el pasado cercano.
El segundo trabajo, de autoría de Rubén Kotler, se concentra en el análisis del informe de la Comisión Bicameral Investigadora de las Violaciones a los DDHH en la Provincia de Tucumán elaborado durante el año 1984, informe que da cuenta de los hechos de violencia y represión escenificados en la provincia entre 1974 y 1983. Kotler se propone dar a conocer este documento al tiempo que realiza un análisis de importantes pasajes del informe mostrando sus contradicciones, sus entre dichos y sus articulaciones con el informe de la CONADEP. Destaca la importancia del documento en tanto soporte material de la memoria y lo analiza, por lo tanto, como un vehículo no sólo para la construcción de pruebas jurídicas sino también para la construcción de sentidos y representaciones sobre el pasado represivo en la provincia.
Seguidamente, el trabajo de Emilio Crenzel, titulado Dos prólogos para un mismo informe. El Nunca Más y la memoria de los desparecidos, se propone establecer una perspectiva comparativa entre la narrativas producida por la CONADEP en 1984 durante la presidencia de Raúl Alfonsín y la elaborada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en 2006 durante el mandato Néstor Kirchner para establecer las rupturas pero también las continuidades entre ambos textos oficiales. De este modo emerge no solo la especificidad de cada narrativa y de cada contexto histórico en que las mismas fueron elaboradas y puestas en circulación sino que, asimismo, se evidencian los profundos vínculos entre la memoria y los trabajos de legitimación del poder político (de ahí los hitos y los cortes establecidos por cada gobierno) y se esclarecen las implicancias de esos vínculos en aquello que queda ocluido en estas interpretaciones como ser, tal como lo establece Crenzel, la responsabilidad de la sociedad argentina por los niveles de terror, violencia y represión experimentados y la pertenencia a organizaciones político militares de un importante porcentaje de las personas desaparecidas.
Seguidamente, aunque no consecutivamente puesto que aparece un poco más adelante en el dossier, tenemos el trabajo de Gabriela Águila titulado Dictadura y memoria. El conflictivo contrapunto entre las memorias de la dictadura en Rosario. En este trabajo Águila aborda las disputas por la memoria de la dictadura entre diversas narrativas y diversos grupos durante la década que corre entre las conmemoraciones de los veinte y los treinta años del golpe militar, es decir, entre los años 1996 y 2006 en la ciudad de Rosario. Concentrándose particularmente en los debates suscitados por los denominados territorios de la memoria, Águila da cuenta de la persistencia de la coexistencia conflictiva de memorias contrapuestas frente a un pasado traumático.
Abandonando el terreno de la memoria, tenemos un conjunto de trabajos que se concentran en distintos aspectos de la historia del período pre dictatorial y dictatorial. En primer lugar, aparece el trabajo de Silvia Romano que se centra en el estudio de la censura, el autoritarismo y la represión en el interior de los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba así como en las prácticas ejercidas por muchos de sus trabajadores que pueden ser inscritas dentro del terreno de la resistencia. A partir de del análisis de documentación escrita producida por la propia empresa como así también sobre la base de fuentes testimoniales, el trabajo aborda tanto modalidades de aplicación y resistencia de las disposiciones normativas de control ideológico y restricción a la libertad de prensa en un período que se extiende desde 1973 hasta 1983 articulando, asimismo, las dimensiones micro, relativas a la empresa de radio y televisión, con las dimensiones provincial y nacional que hacen a la planificación y ejecución de los planes de censura y represión.
En segundo lugar, el trabajo de Fabiana Alonso, titulado Nacionalismo y catolicismo en la educación pública santafecina se propone abordar los contenidos curriculares de Historia y Formación Moral y Cívica así como otras prescripciones institucionales impuestos durante la última dictadura en la educación pública de la provincia de Santa Fe. Alonso demuestra, a través del análisis documental, que la política educativa privilegió la transmisión de determinadas nociones y valores funcionales a la dictadura en detrimento de otros. Así, por ejemplo, la noción cívica de nación entendida como resultante de un contrato voluntario entre ciudadanos fue sustituida por la noción de nación cohesionada a partir de los valores cristianos, noción que en articulación con las ideas de país agredido y de cruzada por la nación sirvieron como legitimante tanto en el plano interno como en el externo del accionar represivo y belicista del gobierno militar.
Ya casi hacia el final de dossier, el trabajo de Diego Roldán titulado La espontaneidad regulada. Fútbol, autoritarismo y nación en Argentina 78. Una mirada desde los márgenes, se adentra en las vinculaciones entre el poder y el deporte a propósito del Mundial de Fútbol de 1978. El artículo aborda ese vínculo desde diversas perspectivas que abarcan tanto la producción social de sentidos como los vínculos entre el fútbol y la sociedad y el fútbol y las estrategias de legitimación y de generación de consenso del gobierno militar. Descartando tanto las perspectivas netamente instrumentalistas como aquellas en las cuales el deporte aparece como una actividad totalmente disociada de las prácticas, los valores y las luchas en el seno de una sociedad, el trabajo de Roldán nos acerca una mirada compleja y múltiple sobre este fenómeno tan controvertido y tan indisociable de la historia de la última dictadura militar.
Finalmente, el trabajo de Virginia Castro titulado La traición quebrada nos ofrece un análisis del tratamiento de la figura del traidor y el quebrado en la ficción literaria dentro de la llamada “nueva novelística sobre la dictadura militar” que emergió a mediados de los años 90 y cuya característica central es la narración directa de hechos contextualizados en ese pasado. De este modo, el dossier se cierra con un reingreso de la memoria en tanto producción de evocaciones, sentidos y reconstrucciones del pasado cercano, esta vuelta en clave ficcional pero absolutamente penetrados por los valores, representaciones y disputas de las memorias colectivas.
Finalmente, y aunque no integran estrictamente el dossier, es necesario mencionar el ensayo de Luciano Alonso acerca de la existencia de la historia reciente como disciplina académica como así también el aporte de Roberto Román sobre los centros clandestinos de detención en Rosario que reconstruye evidencias sobre su funcionamiento a partir de fuentes testimoniales.
El panorama que emerge de la lectura de estos trabajos es sumamente estimulante en tanto se nota, en todos ellos, la voluntad de romper ciertos lugares comunes e inerciales en el proceso de interpretación. Así, por ejemplo, se aprecia una importante ruptura con el geocentrismo porteño permitiendo la emergencia de un conjunto de trabajos que dan cuenta de ámbitos locales y provinciales (tal es el caso de los trabajos de Kotler, Alonso, Aguila y Romano).
Al mismo tiempo, se nota un esfuerzo por romper cronologías establecidas, como la clásica división entre el antes y el después del 24 de marzo de 1976. De este esfuerzo emergen entonces con fuerza las continuidades, además de las conocidas rupturas, tanto entre el período que antecedió al golpe de estado como el que prosiguió a su caída. Así, por ejemplo, Crenzel nos muestra la imposibilidad de ruptura de ciertos rasgos interpretativos en las narrativas oficiales sobre la dictadura mientras que Kotler y Romano nos advierten sobre las continuidades de los mecanismos represivos entre el período de descomposición del peronismo y el del terrorismo de Estado a lo que Romano suma las continuidades entre éste y los primeros años del gobierno democrático a partir de lo que denomina “efecto residual” de las prácticas autoritarias.
De modo que a partir de estas perspectivas la emergencia del terrorismo de estado deja de aparecer como un acontecimiento extraño dentro del entramado histórico que comenzó en marzo de 1976 y concluyó en diciembre de 1983. El esfuerzo por estudiar las genealogías, por correr las cronologías y articular los primeros años setenta con los del terrorismo de estado y los de éste con la transición que prosiguió nos ofrece un abordaje complejo, denso y profundo que no facilita miradas maniqueas ni contemplativas.
En suma, se trata de un rico y variado conjunto de trabajos que abordan tanto la historia como la memoria de la dictadura y el período que la precedió, que entretejen fragmentos de la trama nacional como así también de un conjunto de contextos provinciales que fueron escenario del terror, la represión y la violencia.
Como puede apreciarse, el principal centro de preocupación que construye este conjunto de trabajos está puesto, precisamente, en el ejercicio del terror, la censura, el control ideológico y las experiencias de violencia extrema como así también en sus secuelas, sus impactos y los sentidos que sobre ese pasado se construyen y se disputan el espacio de legitimidad.
Este recorte puede obedecer, posiblemente, a un proceso de selección por parte del jurado que ofició de referato de los trabajos enviados a la revista. Pero seguramente se deba, también y sobre todo, a que el trauma social producido por esas experiencias parecería ser el polo organizador de este campo de conocimiento que se ha dado en llamar historia reciente.
Pero más allá de estas apreciaciones, me parece que este dossier viene a demostrar la existencia de un cierto canon que organiza hoy los estudios e investigaciones. En otros términos, los trabajos evidencian la existencia de paradigmas, marcos teóricos, redes conceptuales y perspectivas metodológicas similares.
Posiblemente esto nos esté dando cuenta de que la historia reciente está dejando de ser un campo en construcción para convertirse, lentamente, en un campo en proceso de maduración a partir de la cual se van construyendo nuevos conocimientos a partir de una matriz interpretativa relativamente común o por lo menos de un conjunto de problemas, preguntas, perspectivas de análisis y metodologías de trabajo que se derivan de una matriz más o menos compartida.
La cantidad de trabajos que se presentan en estas jornadas así como las temáticas que los mismos abordan creo que también está dando cuenta de esta maduración y estabilización del campo que permite un crecimiento cuantitativo importante.
Por último, quiero destacar la importancia de la decisión de Prohistoria de hacer este dossier y señalar y la necesidad de emprendimientos editoriales como este, que espero que sea el primero pero no el último, acompañen y apuntalen este crecimiento.
Antes de repasar brevemente los trabajos y el entramado de temas y problemas que emergen de la lectura de este dossier, quiero destacar la importancia que reviste para nuestro campo disciplinar el hecho mismo de que una revista con el nivel, la calidad y la seriedad de Prohistoria le dedique a la historia reciente un espacio tan destacado.
Este solo hecho habla tanto de la voluntad de la revista de incorporar la historia reciente como campo dentro de sus preocupaciones sumándose de este modo a la creciente legitimidad que el mismo está conquistando, como así también de un cierto nivel de maduración del campo mismo, cuyas producciones están en condiciones de concentrar espacios y recursos. Ciertamente, las investigaciones centradas en los estudios sobre el pasado cercano están multiplicándose y también creciendo en sistematicidad y profesionalización y el mejor ejemplo de esto lo tenemos en la cantidad de trabajos que con motivos de estas IV Jornadas de Trabajo sobre Historia Reciente se están presentando acá en Rosario.
Particularmente, los trabajos reunidos en este trabajo se concentran en diversos aspectos relacionados con los estudios del pasado reciente propiamente dicho, como así también con las narrativas o memorias de ese pasado que hoy en día se disputan espacios de legitimidad en la esfera pública.
Voy a hacer a continuación un sucinto recorrido por el contenido de cada uno de los ocho trabajos que integran el dossier para luego, finalmente, hacer un muy breve balance.
El primer artículo del dossier, sobre el cual es poco lo que puedo opinar por obvios motivos (es de mi autoría) es de carácter netamente conceptual y se concentra en reconstruir diversos significados y contextos de utilización de la noción de responsabilidad para pensar las implicancias de su utilización en el campo de la historiografía sobre el pasado cercano.
El segundo trabajo, de autoría de Rubén Kotler, se concentra en el análisis del informe de la Comisión Bicameral Investigadora de las Violaciones a los DDHH en la Provincia de Tucumán elaborado durante el año 1984, informe que da cuenta de los hechos de violencia y represión escenificados en la provincia entre 1974 y 1983. Kotler se propone dar a conocer este documento al tiempo que realiza un análisis de importantes pasajes del informe mostrando sus contradicciones, sus entre dichos y sus articulaciones con el informe de la CONADEP. Destaca la importancia del documento en tanto soporte material de la memoria y lo analiza, por lo tanto, como un vehículo no sólo para la construcción de pruebas jurídicas sino también para la construcción de sentidos y representaciones sobre el pasado represivo en la provincia.
Seguidamente, el trabajo de Emilio Crenzel, titulado Dos prólogos para un mismo informe. El Nunca Más y la memoria de los desparecidos, se propone establecer una perspectiva comparativa entre la narrativas producida por la CONADEP en 1984 durante la presidencia de Raúl Alfonsín y la elaborada por la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en 2006 durante el mandato Néstor Kirchner para establecer las rupturas pero también las continuidades entre ambos textos oficiales. De este modo emerge no solo la especificidad de cada narrativa y de cada contexto histórico en que las mismas fueron elaboradas y puestas en circulación sino que, asimismo, se evidencian los profundos vínculos entre la memoria y los trabajos de legitimación del poder político (de ahí los hitos y los cortes establecidos por cada gobierno) y se esclarecen las implicancias de esos vínculos en aquello que queda ocluido en estas interpretaciones como ser, tal como lo establece Crenzel, la responsabilidad de la sociedad argentina por los niveles de terror, violencia y represión experimentados y la pertenencia a organizaciones político militares de un importante porcentaje de las personas desaparecidas.
Seguidamente, aunque no consecutivamente puesto que aparece un poco más adelante en el dossier, tenemos el trabajo de Gabriela Águila titulado Dictadura y memoria. El conflictivo contrapunto entre las memorias de la dictadura en Rosario. En este trabajo Águila aborda las disputas por la memoria de la dictadura entre diversas narrativas y diversos grupos durante la década que corre entre las conmemoraciones de los veinte y los treinta años del golpe militar, es decir, entre los años 1996 y 2006 en la ciudad de Rosario. Concentrándose particularmente en los debates suscitados por los denominados territorios de la memoria, Águila da cuenta de la persistencia de la coexistencia conflictiva de memorias contrapuestas frente a un pasado traumático.
Abandonando el terreno de la memoria, tenemos un conjunto de trabajos que se concentran en distintos aspectos de la historia del período pre dictatorial y dictatorial. En primer lugar, aparece el trabajo de Silvia Romano que se centra en el estudio de la censura, el autoritarismo y la represión en el interior de los Servicios de Radio y Televisión de la Universidad Nacional de Córdoba así como en las prácticas ejercidas por muchos de sus trabajadores que pueden ser inscritas dentro del terreno de la resistencia. A partir de del análisis de documentación escrita producida por la propia empresa como así también sobre la base de fuentes testimoniales, el trabajo aborda tanto modalidades de aplicación y resistencia de las disposiciones normativas de control ideológico y restricción a la libertad de prensa en un período que se extiende desde 1973 hasta 1983 articulando, asimismo, las dimensiones micro, relativas a la empresa de radio y televisión, con las dimensiones provincial y nacional que hacen a la planificación y ejecución de los planes de censura y represión.
En segundo lugar, el trabajo de Fabiana Alonso, titulado Nacionalismo y catolicismo en la educación pública santafecina se propone abordar los contenidos curriculares de Historia y Formación Moral y Cívica así como otras prescripciones institucionales impuestos durante la última dictadura en la educación pública de la provincia de Santa Fe. Alonso demuestra, a través del análisis documental, que la política educativa privilegió la transmisión de determinadas nociones y valores funcionales a la dictadura en detrimento de otros. Así, por ejemplo, la noción cívica de nación entendida como resultante de un contrato voluntario entre ciudadanos fue sustituida por la noción de nación cohesionada a partir de los valores cristianos, noción que en articulación con las ideas de país agredido y de cruzada por la nación sirvieron como legitimante tanto en el plano interno como en el externo del accionar represivo y belicista del gobierno militar.
Ya casi hacia el final de dossier, el trabajo de Diego Roldán titulado La espontaneidad regulada. Fútbol, autoritarismo y nación en Argentina 78. Una mirada desde los márgenes, se adentra en las vinculaciones entre el poder y el deporte a propósito del Mundial de Fútbol de 1978. El artículo aborda ese vínculo desde diversas perspectivas que abarcan tanto la producción social de sentidos como los vínculos entre el fútbol y la sociedad y el fútbol y las estrategias de legitimación y de generación de consenso del gobierno militar. Descartando tanto las perspectivas netamente instrumentalistas como aquellas en las cuales el deporte aparece como una actividad totalmente disociada de las prácticas, los valores y las luchas en el seno de una sociedad, el trabajo de Roldán nos acerca una mirada compleja y múltiple sobre este fenómeno tan controvertido y tan indisociable de la historia de la última dictadura militar.
Finalmente, el trabajo de Virginia Castro titulado La traición quebrada nos ofrece un análisis del tratamiento de la figura del traidor y el quebrado en la ficción literaria dentro de la llamada “nueva novelística sobre la dictadura militar” que emergió a mediados de los años 90 y cuya característica central es la narración directa de hechos contextualizados en ese pasado. De este modo, el dossier se cierra con un reingreso de la memoria en tanto producción de evocaciones, sentidos y reconstrucciones del pasado cercano, esta vuelta en clave ficcional pero absolutamente penetrados por los valores, representaciones y disputas de las memorias colectivas.
Finalmente, y aunque no integran estrictamente el dossier, es necesario mencionar el ensayo de Luciano Alonso acerca de la existencia de la historia reciente como disciplina académica como así también el aporte de Roberto Román sobre los centros clandestinos de detención en Rosario que reconstruye evidencias sobre su funcionamiento a partir de fuentes testimoniales.
El panorama que emerge de la lectura de estos trabajos es sumamente estimulante en tanto se nota, en todos ellos, la voluntad de romper ciertos lugares comunes e inerciales en el proceso de interpretación. Así, por ejemplo, se aprecia una importante ruptura con el geocentrismo porteño permitiendo la emergencia de un conjunto de trabajos que dan cuenta de ámbitos locales y provinciales (tal es el caso de los trabajos de Kotler, Alonso, Aguila y Romano).
Al mismo tiempo, se nota un esfuerzo por romper cronologías establecidas, como la clásica división entre el antes y el después del 24 de marzo de 1976. De este esfuerzo emergen entonces con fuerza las continuidades, además de las conocidas rupturas, tanto entre el período que antecedió al golpe de estado como el que prosiguió a su caída. Así, por ejemplo, Crenzel nos muestra la imposibilidad de ruptura de ciertos rasgos interpretativos en las narrativas oficiales sobre la dictadura mientras que Kotler y Romano nos advierten sobre las continuidades de los mecanismos represivos entre el período de descomposición del peronismo y el del terrorismo de Estado a lo que Romano suma las continuidades entre éste y los primeros años del gobierno democrático a partir de lo que denomina “efecto residual” de las prácticas autoritarias.
De modo que a partir de estas perspectivas la emergencia del terrorismo de estado deja de aparecer como un acontecimiento extraño dentro del entramado histórico que comenzó en marzo de 1976 y concluyó en diciembre de 1983. El esfuerzo por estudiar las genealogías, por correr las cronologías y articular los primeros años setenta con los del terrorismo de estado y los de éste con la transición que prosiguió nos ofrece un abordaje complejo, denso y profundo que no facilita miradas maniqueas ni contemplativas.
En suma, se trata de un rico y variado conjunto de trabajos que abordan tanto la historia como la memoria de la dictadura y el período que la precedió, que entretejen fragmentos de la trama nacional como así también de un conjunto de contextos provinciales que fueron escenario del terror, la represión y la violencia.
Como puede apreciarse, el principal centro de preocupación que construye este conjunto de trabajos está puesto, precisamente, en el ejercicio del terror, la censura, el control ideológico y las experiencias de violencia extrema como así también en sus secuelas, sus impactos y los sentidos que sobre ese pasado se construyen y se disputan el espacio de legitimidad.
Este recorte puede obedecer, posiblemente, a un proceso de selección por parte del jurado que ofició de referato de los trabajos enviados a la revista. Pero seguramente se deba, también y sobre todo, a que el trauma social producido por esas experiencias parecería ser el polo organizador de este campo de conocimiento que se ha dado en llamar historia reciente.
Pero más allá de estas apreciaciones, me parece que este dossier viene a demostrar la existencia de un cierto canon que organiza hoy los estudios e investigaciones. En otros términos, los trabajos evidencian la existencia de paradigmas, marcos teóricos, redes conceptuales y perspectivas metodológicas similares.
Posiblemente esto nos esté dando cuenta de que la historia reciente está dejando de ser un campo en construcción para convertirse, lentamente, en un campo en proceso de maduración a partir de la cual se van construyendo nuevos conocimientos a partir de una matriz interpretativa relativamente común o por lo menos de un conjunto de problemas, preguntas, perspectivas de análisis y metodologías de trabajo que se derivan de una matriz más o menos compartida.
La cantidad de trabajos que se presentan en estas jornadas así como las temáticas que los mismos abordan creo que también está dando cuenta de esta maduración y estabilización del campo que permite un crecimiento cuantitativo importante.
Por último, quiero destacar la importancia de la decisión de Prohistoria de hacer este dossier y señalar y la necesidad de emprendimientos editoriales como este, que espero que sea el primero pero no el último, acompañen y apuntalen este crecimiento.