El libro examina la compleja dinámica de las relaciones sociales en una jurisdicción que fue primero la del Pago de los Arroyos y luego la villa y el Departamento de Rosario, durante los años que siguieron a la Revolución de Mayo hasta mediados del siglo XIX (1820-1850). Específicamente, la autora se propone reflexionar sobre el funcionamiento real y cotidiano de dicha sociedad, a la que caracteriza como jerárquica y todavía anclada en valores y normas propias del orden colonial.
El recorrido propuesto comienza con una contextualización general del período estudiado, en la que se abordan los procesos de conflictividad social pero sobre todo política que marcaron la época. Así, repasa el impacto de las luchas civiles y de la formación del Estado provincial sobre el nuevo ordenamiento social y político de la campaña sur de la actual provincia de Santa Fe. Atendiendo tanto a la normativa vigente como a la implantación de autoridades, se procura dar cuenta de los intentos por disciplinar a una sociedad en pleno proceso de transformación.
Estrategias de narración
En un registro que puede inscribirse tanto en la historia social, como en la historia político-institucional y en la de la vida cotidiana, Bidut problematiza los modos en que se vinculaban las personas y las familias. Para ello, se vale de una estrategia efectiva: analiza los momentos en que esas relaciones se presentaron como conflictos, instancias en las que la "normalidad" se veía alterada.
Valiéndose de archivos judiciales (expedientes civiles y criminales), es decir, ocupándose especialmente de aquellos conflictos que llegaron a dirimirse en el ámbito de la Justicia, la autora examina una serie de casos que le permite acceder a las experiencias y los valores cotidianos de los agentes en cuestión, pertenecientes a diversos estratos sociales.
El análisis del rapto de mujeres, del abandono del hogar por algunos de los cónyuges, el adulterio, la bigamia, las disputas por la herencia y hasta el homicidio en el interior de las familias se combinan con los problemas entre vecinos por la invasión de ganados o la quema de los campos para brindar un panorama en el que el honor se constituye en un eje vertebrador de la existencia cotidiana.
También debe destacarse la adopción de la perspectiva de género, que atraviesa la investigación, rescatando el accionar de las mujeres más allá del ámbito doméstico al que se encontraban segregadas en una sociedad signada por parámetros masculinos.
Relatos de lo cotidiano
Si bien no se desconoce la sujeción de las mujeres a las decisiones de los miembros masculinos de su familia —por lo general, primero el padre y luego el marido— así como a las pautas culturales de comportamiento emanadas de la Iglesia, Bidut rastrea en los pleitos mencionados las posiciones activas asumidas por las mujeres en defensa de su bienestar tanto económico como afectivo, alejándose de la tradicional imagen de sumisión que se tenía reservada para el género femenino: "No actuaban simplemente como víctimas indefensas, ellas reaccionaban no obstante la obediencia a la autoridad patriarcal, la justificación de la conducta de los esposos por su temperamento violento o el desamparo al que se arriesgaban cuando abandonaban el hogar".
De esta manera, el trabajo no sólo constata cómo las personas defendían sus intereses en la instancia judicial y el sustrato de valores puesto en juego por las autoridades al momento de dirimir los conflictos (lo cual nos habla, a su vez, de la redefinición institucional que se estaba operando), sino que resitúa a las mujeres en el proceso histórico, cuyo abordaje se ve enriquecido gracias a los aportes de esta otra mirada sobre el tema.
"Estos son relatos de lo cotidiano, historia de cariño y de rencores, de las sensaciones y de las miserias humanas" dice la autora en un pasaje del libro y con ello reintroduce los sentimientos en la historia, no solamente para destacar la historicidad propia de toda construcción humana sino también porque resultan insoslayables a la hora de pensar en nuestras vivencias diarias.
María Paula Polimene (UNR)
Publicado el 10 de agosto de 2008 en el suplemento Señales del Diario La Capital de Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario